dejate caer

Estaba tan helado que ni sentía sus pies, decidí lanzarme de mi cascada, era de mi propiedad, de todo este campo y árido desierto, soy poseedor de la mas importante riqueza, natural porque escacean de agua, que es molestosa porque tiene esos peces tan multicolres que lo hacen ver como una mancha de acuarelas infantil, quería rayar la pared, era imposible ver el blanco, es horrible, apesta, pero aun así se vuelve un adicto a comer las pepitas de oro que caen de la boca del viejo ambicioso, son solo migajas de poder, estás para mendigar las sobras del gordo, dejate caer y por favor de cabeza, me da asco tu presencia, me agobia, aburre, lo deprime, se siente pasado a llevar por la irregularidad.
Cae fulminado lo engañaron, no le dieron valor al sentimiento tan hermoso pero pobre, ah... cierto, el no come migajas, es el raro del lugar, es extraño, dejemoslo en paz.